Aunque la actriz aseguró que Christian LaBella trató de asfixiarla durante un forcejeo para apresar un teléfono móvil con fotos comprometedoras, la policía finalmente dejó al supuesto agresor en libertad sin cargos. La noticia ha dejado a Lindsay tan sorprendida e indignada, que la actriz responderá con una nueva demanda para retomar la investigación policial sobre lo sucedido.
"Estoy
todavía en estado de shock, muy furiosa e indignada por la actitud de
la policía. Fue una situación escalofriante para mí, y no pienso dejar
que ese sujeto se salga con la suya", declaró la artista en la sección
Página Seis del diario New York Post.
Sin
embargo, ya han comenzado a surgir versiones contradictorias sobre el
incidente, como la de Peter Jessop, primo de Christian, que defiende la
honradez y la inocencia de su familiar.
"Christian
no se merece esta caza de brujas. Me parece increíble que la madre de
Lohan se alegre de que mi primo no llevara un arma encima. ¡Por supuesto
que no la llevaba! Christian es una buena persona, trabajó para dos
congresistas y es un chico responsable que solo fue a Nueva York a pasar
el fin de semana. Solo espero que todo este escándalo no le cueste su
trabajo. Él se encuentra todavía paralizado por las mentiras y por cómo
se ha manipulado todo", afirmó.
La
supuesta agresión de la que fue objeto Lindsay tuvo lugar el pasado
sábado de madrugada, cuando invitó a Chris a la habitación del hotel
neoyorkino donde se alojaba. Poco después, al darse cuenta de que había
tomado varias fotos de ella con el teléfono móvil, la pareja comenzó una
agria discusión que se intensificó cuando Lindsay se apropió del
teléfono en cuestión. Fue en ese momento cuando el enfrentamiento se
volvió físico y, según la versión de la actriz, Christian trató de
asfixiarla agarrándole del cuello.
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